En un artículo anterior exploramos cómo el juego simbólico, o de fantasía, evoluciona durante los dos primeros años de vida. El juego simbólico es una gran hazaña cognitiva, porque implica que los niños pequeños utilicen objetos, acciones o ideas para representar otros objetos, acciones o ideas durante el juego. Y afortunadamente, este mundo de fantasía no se disuelve a medida que crecen. La capacidad de un niño pequeño de usar su imaginación para transformar su entorno en algo mágico continuará desarrollándose, y eso es algo bueno. ¡Una cosa realmente buena, de hecho! Los juegos de roles benefician a los niños de maneras maravillosas y complejas, incluyendo la estimulación de las habilidades de lenguaje, la construcción de la función ejecutiva, el fomento de las habilidades sociales y el impulso de la creatividad.
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Es importante tener en cuenta que los pequeños se expresan de manera diferente y en momentos distintos. Las etapas a continuación se basan en promedios, así que no hay necesidad de preocuparse si tu niño todavía no te ha invitado a “tomar el té”.
Aquí hay un avance de cómo se desarrolla el juego simbólico a lo largo de los 25 y 36 meses.
25-27 meses
A lo largo de esta etapa, puedes observar a tu niño usando la resolución simbólica de problemas para descubrir nuevas formas de hacer las cosas. Por ejemplo, en lugar de usar solo bloques para construir, podría empezar a incluir otros objetos al construir algo, como palos o cubos. También empiezan a utilizar más razonamiento en sus juegos imaginativos, como ponerse un delantal antes de fingir que están horneando un pastel. También empiezan a usar más accesorios y pasos al fingir. Un niño pequeño a esta edad puede jugar a disfrazarse, poner una mesa o servir galletas falsas, todo ello mientras mantiene una estimulante conversación con un osito de peluche.
28-30 meses
Este es un momento en el que los padres y cuidadores pueden empezar a ver cómo el juego simbólico permite a un niño pequeño expresar y comprender sus emociones. Las actividades de juego de roles con animales de peluche, muñecas o figuras de acción proporcionan un lugar seguro para hablar, por ejemplo, sobre la tristeza de la abuela por vivir tan lejos, o el miedo al perro del vecino. Durante este tipo de juego, también experimentan con el tono de voz. Es posible que los escuches imitando a los cuidadores o fingiendo ser otra persona cuando hablan con amigos imaginarios.
31-33 meses
En esta etapa, el juego simbólico se vuelve más sofisticado. Los niños pequeños usan su imaginación para ayudar a dar sentido a su mundo. Por ejemplo, un niño pequeño podría fingir ser un médico que le hace un chequeo a su peluche después de una visita al pediatra. Por otro lado, también juegan con historias y escenarios ficticios que no tienen nada que ver con su propia vida. En otras palabras, en este momento su mundo de fantasía se está expandiendo en todas las direcciones.
34-36 meses
Es entonces cuando el juego imaginario se convierte en un precursor del juego cooperativo. El juego cooperativo implica que un niño pequeño explore el juego con sus compañeros para un propósito específico. Como práctica para este tipo de juego, tu niño pequeño puede asignarte el papel de «villano» mientras el finge ser un superhéroe. Incluso cuando tu niño pequeño juega solo a fingir, los amigos imaginarios siguen participando.
Los niños de esta edad pueden leer cuentos o realizar rutinas de baile para un público de animales de peluche, por ejemplo.
El juego simbólico seguirá evolucionando de manera cada vez más compleja y emocionante. Asegúrate de dejar tiempo suficiente para ello, y participa tú también en la diversión cuando puedas.